1. Mira bien los metros cuadrados
No es lo mismo un salón con techos altos que un dormitorio. Si estás entre dos modelos, mejor pasarte que quedarte corto.
2. No subestimes el ruido
20 dB y 40 dB parecen poco en papel, pero en la práctica se nota. Si vas a dormir con él, que sea silencioso. Tu sueño lo agradecerá.
3. Conectividad: ¿capricho o necesidad?
Si te mola controlarlo desde el curro, o eres de los que se olvida de apagarlo, WiFi integrado es para ti.
4. La eficiencia se nota en la factura
Un aire A++ o A+++ no es postureo. A final de mes, tu bolsillo se acuerda.
5. Y sí, el precio importa
Pero no te quedes solo con eso. Mira el conjunto. Porque lo barato que no rinde... sale caro en julio.
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