Sí, puede que haya un poquito de confusión al respecto. Es el acero inoxidable (o Inox para los amigos) lo mismo que antihuellas ¿Sí? ¿No? ¿Parecido? Porque alguna relación seguro que tienen que tener, ¿no es así? Pues de entrada tenemos que decir que una cosa está relacionada con la otra, así que los publicistas y los fabricantes no nos han dado gato por liebre. Así que en este post vamos a intentar aportar pequeñas acotaciones. Porque la respuesta, ya decimos, es: prácticamente sí.

En primer lugar, una pequeñísima intro dentro de la intro. ¿Qué significa eso de acero inoxidable? Este material es una aleación de acero y cromo en una proporción del 90% y el 10% respectivamente (esa proporción puede variar, para más, en el caso del segundo). La necesidad del cromo en esta mezcla es aportar lo que le da el nombre, la inoxidabilidad, que es una palabra que no sé si existe. En otras palabras, el cromo crea una capa que impide la oxidación del hierro que hay en todo acero.

Acero inoxidable: clásico pero moderno

POR QUÉ TENER UN LAVAVAJILLAS DE ACERO INOXIDABLE

A la vista, el acero inoxidable engaña. Y es que tiene una superficie que en parte podríamos calificar como muy bonita pero también borrosa, ¿no os parece? Pues bien, esa superficie tiene una característica primordial que le confiere la principal de sus ventajas, y es que no es nada porosa. Por el contrario es muy lisa. Y esto hace que a la suciedad le cueste mucho más ponerse cómoda. Y quien dice suciedad dice gérmenes, puesto que en un terreno tan liso no tienen asideros, de modo que es una forma inmejorable de evitar que las bacterias y también huellas se queden impresas en la superficie.

Este sería un argumento estético a favor del acero inoxidable, pero eso nos lleva a otro más… cualitativo. Es decir, que al final el acero inoxidable supone más duración del aparato, ya que en definitiva evita que se oxide, que se produzca la tan temida corrosión. Y también, por cierto, que se vea negativamente afectado por las temperaturas extremas.

Pero es que además el acero inoxidable tiene premio. Premio para el medio ambiente, porque es un material totalmente reciclable.

Y ni que decir tiene que el acero inoxidable se asocia a un concepto moderno del estilo. Ese aspecto industrial pero elegante que tienen estos electrodomésticos está de modaya desde hace mucho tiempo y sigue pareciendo totalmente vigente. ¿Es posible que ya estemos hablando de un clásico de la decoración? Además, aparte de que con ellos se logran cocinas modernas pero también confortables, también proporcionan una sensación de amplitud que favorece mucho a las cocinas no muy grandes. Muchos decoradores usan los electrodomésticos de acero inoxidable como recurso para lograr esa ampliación visual.

La parte negativa (más allá del precio, porque la verdad, no es que el acero inoxidable sea un material que contribuya a abaratar los materiales) es que aunque rechaza la suciedad no hace lo propio con golpes y sobre todo con ralladuras. Y en el caso de las segundas, casi hasta podríamos decir que resaltan. Sí, eso es lo peor. Como rallemos un lavavajillas de acero inoxidable, esa raya habrá venido para quedarse.

Los profesionales suelen ser fans del acero inoxidable

LIMPIEZA DE LOS LAVAVAJILLAS

Además de que los lavavajillas de acero inoxidable, en cierto grado podemos decir que repelen la suciedad, son también fáciles de limpiar cuando esta suciedad al final se adhiere a ellos (¡tampoco vamos a decir que eso sea totalmente imposible!).

Una de las mejores formas es con los productos que los propios fabricantes ponen a la venta, ya que están hechos con las propiedades que requieren sus modelos. Ahora bien, estos productos no los tienen en catálogo todos los fabricantes sino los más importantes. Es una de las pequeñas ventajas de las marcas grandes. Además suelen venir en formatos destinados a dos tipos de limpieza, ya sea más superficial o en profundidad.

En todo caso y como modus operandi general, las superficies tienen que recibir una primera limpieza frotándolas con una toalla humedecida y un detergente muy suave. Lo que queda en la superficie habría que retirarlo con un paño seco sin mayor problema. Pero sobre todo y por lo que hemos comentado unos párrafos más arriba, por lo que más queráis, ¡ni productos abrasivos ni estropajos!

¡Larga vida al acero inoxidable!

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